Heridos llegaron los Tigres al Cándido González, con un pitcheo disminuido, la vergüenza de estar en la cola de la tabla de posiciones y el dolor de más de un mes lejos de su cuartel general en el hogar avileño.

Se vaticinaba un juego difícil para ellos el sábado, pero Luis Alberto Marrero miró al cielo y se los hizo fácil. 

Sin un claro lanzador para enfrentar a los Toros, Yorelvis Charles, se jugó sus cartas con un pitcher que en tres temporadas nunca había iniciado juego alguno. Esta vez no solo inició, sino que se lo tomo en serio y lanzo una joyita de partido dando 6 ceros a la batería camagüeyana…y hubiera podido seguir, pero una molestia en una de sus piernas, lo sacó de juego en el 7mo Inning. 

Camagüey solo pudo batear 9 sencillos, que fueron bien espaciados por los lanzadores de la piña, y se fueron con 2 imparables, Humberto Bravo en su mejor campaña, Yordanis Samón, y Yanmichel Flores. 

Por la orilla enemiga, el abridor Madan, lanzaba un buen juego pero no podía impedir que los bates avileños le robaran el juego y el sueño mientras le anotaban 5 carreras limpias que a la postre serían suficientes para la victoria. Salieron en su auxilio Sergio Guerra, pero su descontrol lo convirtió en presa fácil de Tigres hambrientos, y lo mismo pasó con Julio César Martínez, el cual no pudo hacerse justicia. Finalmente acudió Adrián Pérez, pero ya el daño estaba hecho. 

Camagüey se vio dominado por un lanzador que llegaba sin resultados sobresalientes, un sábado…otro más, de los que han sido los peores días para Camagüey, encajando su cuarta derrota en tardes sabatinas.

El domingo amaneció con cara de lluvia y “poco juego”, pero el día se fue arreglando y a las 10 am comenzó el segundo partido, en el cual Juan Sebastián Contreras estalló estrepitosamente en el mismo 2do Inning cuando una ampolla en uno de los dedos de su mano de lanzar le pasaba factura, imposibilitándolo de lanzar rompimientos y con una recta que viajaba por encima del receptor y el árbitro principal.

De esta manera rápidamente los avileños marcaron 4 carreras y amenazaban seriamente con quedarse como dueños de  las escobas que había comprado anticipadamente Camagüey. Trajeron a Lizander Hernández con excelente velocidad y su respetable slider, que pudo sofocar la rebelión felina.

Los Toros acortaron distancias en el 3ro cuando Alexander Ayala, con las bases llenas, y 2 outs en la pizarra, conectó cañonazo al jardín derecho para empujar 2 y acercar a su quipo 4 a 2 en el marcador.

En el 4to Inning y con 2 outs cedidos por Moas y Flores, Jorge Luis Álvarez encendió la pólvora con doble al jardín izquierdo y luego fue empujado por el 3er imparable del insoportable Humberto Bravo. Una Base por bolas a Chapellí  dejó el escenario listo para que Leonel Segura disparase larguísimo triple al jardín central y empujara empate y ventaja para poner el juego 5 a 4 a favor de Camagüey. Finalmente y por wild Pitch, anotó Segura desde 3ra base, con la 6ta carrera del juego para Los Toros. 

 Pero Lizander…una vez más, nos dejó con el deseo de verlo transitar toda la ruta y en el 5to Inning le entregó la clásica “papa caliente” al relevista Juan Ramón Olivera con las bases llenas sin outs. Mal comienzo para Olivera que permitió un hit que empujaría la 5ta de los Tigres y a partir de allí, cerró el candado y botó la llave, lanzó de manera inmaculada por espacio de 5 entradas completas, para anotarse un punto por juego salvado que hubiera sido más justo si le hubieran otorgado la victoria, pero los “dioses de la anotación” y sus reglas, se lo impidieron. 

Esta fecha resultará inolvidable para Yordanis Samón que conectó su hit 2000 en tierras camagüeyanas. Los Toros por 2do día consecutivo conectaron 9 imparables. Mientras que Bravo con 3 sencillos y Segura con un triple y un hit fueron los más destacados por Camagüey , además, del ya mencionado Ciclón Camagüeyano que empujó dos carreras. 

Finalmente, en la llanura camagüeyana hubo un empate entre Tigres y Toros quienes se recuperan de los zarpazos y embestidas con las que ambos se hirieron, para aplazar el combate , pactado en la llanura avileña cuando se vuelvan a ver las caras en otro momento de este torneo. En otro momento de esta batalla llamada: 60 Serie Nacional.

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