Por los diamantes del béisbol cubano han pasado muy buenos lanzadores a lo largo de sus 61 Series Nacionales, muchos de ellos se han destacado por su control, sus rompimientos indescifrables o por su velocidad por encima de la media que los convirtieron en estrellas del montículo.
Precisamente de uno de nuestros supersónicos lanzadores quiero contarles hoy, conjuntamente con la “proeza” lograda por un atleta cubiteño quien, vistiendo el uniforme de Camagüey en la 41 Serie Nacional, le conectó el único jonrón que él permitiera salido de un madero camagüeyano.
Maels Rodríguez es un ex lanzador espirituano que fue toda una sensación en el béisbol cubano entre los años 1998 al 2003. Su recta meteórica que en varias ocasiones registró las 100 o más millas por horas lo llevó a tener resultados extraordinarios como los 263 ponches logrados en la Serie 40, ese número de estrucados todavía constituye récord para una Serie Nacional y está bien lejos del cúmulo de ponches que alcanzan los actuales recordistas en este departamento en las últimas series.
Pero sin dudas, su hazaña más impresionante en su corta carrera en nuestros campeonatos domésticos fue el juego perfecto lanzado al conjunto tunero el 22 de diciembre de 1999 en el estadio José Antonio Huelga durante la 39 Serie Nacional, siendo este el único juego con esas características lanzado en los clásicos cubanos hasta el momento.
Pero si todo esto no les parece suficiente y para demostrarles cuán difícil de conectar era este lanzador, les cuento que en la primera Super Liga le lanzó un no hit no run al conjunto Habana, esa noche, entre otras figuras alinearon Michel Enrique, Antonio Scull, Bárbaro Cañizares, Javier Méndez, Oscar Macias y Kendry Morales quien luego brilló en las MLB. En total les recetó 10 ponches a esa temible tanda que solo logró alcanzar la primera almohada gracias a tres boletos y un dead ball.
Su dominio sobre los bateadores fue tan grande que en sus seis Series Nacionales solamente le promediaron para average de 177 con 3834 bateadores enfrentados, su promedio de carreras limpias fue de 2.29 y dio 1148 ponches en 938 entradas de actuación, números que demuestran cuán difícil y ponchador era este veloz pitcher.
Pero si complicado era conectarle un indiscutible a Maels Rodríguez, mucho más difícil era sacarle la pelota fuera de los límites del terreno, al punto, que le daban un jonrón cada 127.8 veces al bate, lo que significa uno cada 31 entradas y un tercio. Esta “hazaña” personal de botarle la pelota al supersónico yayabero cuelga en la vitrina de solamente 30 jugadores y solo uno de ellos lo hizo vistiendo la franela del equipo Camagüey.
Se trata de Asniel Russo, jugador oriundo de Sierra de Cubitas que participó en seis (6) Series Nacionales entre 1997 al 2004. En la campaña 2001 – 2002, exactamente en la noche del 9 de febrero del 2002, con corredor en primera Asniel cazó una slider a 85 millas que se le quedó alta a Maels y la puso a volar más allá de los límites del terreno por el left field.
El batazo que sirvió para poner delante en el marcador a Camagüey 2 – 0 no fue suficiente para lograr la victoria ya que, pese a que los agramontinos lograron hacerle dos anotaciones más a Rodríguez, un jonrón de Liván Monteagudo en las postrimerías del juego le dio un vuelco total al marcador y nos privó de la victoria.
Lo curioso de este caso es que Russo, aunque era un jugador corpulento, no se caracterizó por ser un jonronero, en sus números solo se reflejan 10 jonrones en 635 veces al bate, lo que da un promedio de un jonrón cada 63.5 turnos, pero al parecer esa noche su fortaleza, el buen contacto y la velocidad de Maels se mezclaron para derivar en el que, muy posiblemente, sea el jonrón más recordado de su carrera.
Precisamente en esa campaña Russo registró su mejor temporada de todas cuando en 71 partidos jugados promedio para 305 de average (187 – 57) con 6 dobles y 6 jonrones como extrabases, además de empujar 31 y anotar en 21 oportunidades, todas estas cifras récords personales para él en una serie.
Aún joven, Russo decidió colgar el guante y quitarse los spikes de la selección agramontina definitivamente, una decisión que sorprendió a muchos ya que, aunque sus números después de la 41 Serie nunca fueron iguales, nos daba la sensación de que en su carrera había para más, quizás causas externas al deporte provocaron su marcha temprano de la pelota.
Les dejo con una recopilación de jugadas de este “siempre risueño” jugador, en las que usted podrá disfrutar de ese jonrón que hoy ha sido el protagonista de este material.
Ese Homerun fué casualidad.
Posiblemente ni los mismos camagüeyanos se acuerden de un pelotero con ese nombre en Series Nacionales.
Saludos
En todo lo que nos rodea y en todo lo que nos mueve debemos advertir que interviene en algo la casualidad.
Anatole France