Foto: Fidel Alejandro Manzanares.
…🎶¡lluvia de agua bendita!, lluvia que te da y te quita, ¡bendita lluvia de los deseos!, lluvia que ojalá se lleve de una vez lo feo🎶…
Teniendo en la mente este fragmento de una canción del músico y cantautor cubano, Carlos Varela, emprendí mi andar hacia el Cándido González a disfrutar de la doble jornada pactada para el día de hoy, cada desafío a siete entradas.
Con un total de 21 indiscutibles conectados, sumado al genuino descontrol de los lanzadores pineros, que otorgaron 20 boletos y propinaron un pelotazo en tan solo catorce capítulos, tal vez sería coherente pensar que Los Toros ganaron por amplio margen ambos desafíos, pero la realidad es que solo once carreras pudieron anotar.
VEINTISEIS, fueron los corredores que dejó Camagüey en circulación, diez en el primer juego y dieciséis en el segundo, en este último nada más y nada menos que en cinco ocasiones se quedaron las almohadas congestionadas en espera de ese batazo, que nunca llegó.
Siguen los bates en pausa en los momentos claves, a la hora buena de verdad, y esto constituye un problema bien serio. Frente a otro equipo de más jerarquía, o teniendo en la lomita a serpentineros de menos calidad, fácilmente las victorias no se hubieran concretado.
Precisamente contar con la mejor versión del derecho José Ramón Rodríguez y del zurdo Rodolfo Sorís, junto con una muy buena defensa, hicieron que el botín final fuera a manos de Marino Luis y sus muchachos.
Pepe consiguió su segunda victoria del campeonato, con lechada incluída,lanzando un excelente juego donde solo dejó en dos indiscutibles a los piratas, además repartió “agüita de tinajón” a seis contrarios, y gozó de un maravilloso control que le permitió caminar toda la ruta sin regalar pasaportes.
Por su parte Sorís, aunque con un poco más de complicaciones, logró su primer triunfo de la serie. Imitó a su coterráneo con la misma cantidad de ponchetes, pero regaló tres boletos, y permitió seis indiscutibles. Cuatro carreras le anotaron, tres de ellas en el séptimo capítulo dónde se reviraron los piratas con cuatro incogibles, para darle ese toque de emoción final, que nunca puede faltar en el Cándido.
Yosmel Garcés sacó el último out del desafío en un largo batazo por el jardín izquierdo, que por unos centímetros no fue el jonrón que empatara el desafío…dejar dieciséis corredores en circulación es algo que los dioses beisboleros no suelen perdonar con frecuencia.
Al bate, sumando la actuación de los dos encuentros, los más destacados fueron: Michael Thompson con cuatro indiscutibles, Yordanis Samón que sigue entrando en forma cada día, disparó un trío de cohetes, de ellos dos dobles, y sigue sumando.
Nuestro Alexander Ayala que no necesita que sea temporada ciclónica para andar en categoría cinco, disparó par de indiscutibles en las pocas veces que le permitieron batear, entre ellos su cuarto vuelacercas de la temporada. Además recibió tres boletos, dos de ellos de forma intencional.
El cumpleañero de la jornada: Leonel Moas Jr, celebró su cumpleaños con una tríada de hits más a su cuenta, y otro doble como extrabase.
El jardinero derecho Danny Luaces, tuvo una maravillosa jornada con cinco indiscutibles, par de ellos de dos bases. El muchacho está dejando alta la bandera para nuestro cinco herramientas: Luis González Azcuy.
Además mencionar al short stop Emilio Torres, que con muy buenas jugadas a la defensa, y dos oportunos hits(como siempre), también tuvo su destaque.
Con esta doble victoria empiezan Los Toros con el “pie derecho” el segundo tercio del campeonato. Archivan récord de quince éxitos por doce fracasos. Aunque las alarmas siguen encendidas, para la siempre exigente afición.
Mañana se traslada Camagüey hacia tierra de huracanes. Corresponde ahora una subserie contra Mayabeque, que anda por la parte baja de la tabla de posiciones, algo que no significa que sean un equipo inferior ni mucho menos. Si a esos vientos huracanados les da por soplar fuerte, más de uno corre peligro.