Cuando se trata de juzgar una derrota de Los Toros en esos juegos donde los números del lanzador o los lanzadores, te dicen que se podrá ligarle con facilidad ,la frase “meter el dedo en la llaga”, se queda corta ante las críticas que hacen eco, incluso entre aquellos que ni el desafío vieron, o mucho menos analizaron con detenimiento.
¡Cómo si el béisbol fuera tan exacto como las Matemáticas!
Luego de “cazar” y ser “cazados”, el conjunto camagüeyano sacó la casta frente a tres lanzadores que son de lo mejor de Artemisa: Yuniesky García, Israel Sánchez y José Ángel García.
En cuánto a esto el eco no ha sido igual de fuerte, debe ser que el déficit energético no dejó seguir el juego…
Para nadie es un secreto que con la salida de nuestros cuatro abridores, esta recta final se torna muy complicada, y que Marino debe pensar “día a día”, cómo mover sus piezas en el bullpen.
El zurdo Osiel Veranes fue el encargado de abrir este desafío.Luego de colgar tres argollas consecutivas a la fuerte ofensiva artemiseña, la ilusión de que pudiera completar al menos cinco entradas, me inundó.
Desgraciadamente en el cuarto capítulo, Los Cazadores apelando a la fuerza de sus muñecas, le lograron conectar cuatro indiscutibles ,entre ellos un cuadrangular, para fabricarle un total de cuatro carreras. Rápidamente el timonel taurino le aplicó la grúa y se decidió por otro joven: Juan Raúl Lugo.
Lugo no pudo evitar que le anotaran par de carreras más en ese momento,pero después pudo hacer una labor de contención en 2.2 innings, mientras su equipo recogía de a poco la esperanza de la arcilla del Estadio “26 de Julio”.
Para completar la hazaña, “serpentineramente” hablando, se subió en el montículo Marlon Soriano quien prohibió la caza de Toros en tierras artemiseñas.
El derecho camagüeyano no dejó arcos ni flechas sanos sobre el césped del estadio durante su trabajo de cuatro capítulos donde solo pudieron anotarle una carrera en extrainning que no va a su cuenta como carrera limpia.
Con esa excelente labor llegó a cuatro triunfos en la campaña y siguió demostrando que es de lo mejor del pitcheo relevista en nuestro conjunto.
Los bates se encontraban en un letargo bastante prolongado de catorce entradas sin poder producir, luego de la lechada recibida en el desafío anterior y cinco ceros que había colgado Yuniesky García.
Fue en el sexto capítulo que un batazo de vuelta completa de nuestro estelar jardinero central Leonel Moas, encendió la chispa para que se reviraran Los Toros. Moas fue el más destacado a la ofensiva compilando de 5-3, con doble y jonrón incluídos, ratificando su liderato en extrabases con 24. De estas conexiones de dos o más bases, 14 han sido con corredores en circulación, lo que lo coloca también entre los primeros en carreras impulsadas y también en puestos de privilegio en cuanto a veces que impulsa empate y/o ventaja en nuestro equipo.
En los últimos dos encuentros se ha visto a Leonel con dificultades defensivas en la pradera central, algo que no es para nada común en él, por lo que ha sido blanco fácil de habladurías realmente sin fundamento, ante un jugador que a parte de talento ya demostrado, cuenta con una entrega y disciplina como pocos.
En el llamado inning de la suerte, después de conceder pasaporte a Addiel Torres, Yuniesky García salió del box dejando una ventaja de tres carreras que Los Toros se encargaron de eliminar. Israel Sánchez vino a su rescate, pero un hit de Yanmichel Flores y un triple impulsor de dos carreras de Luis González Azcuy, acercaría peligrosamente en el marcados a Los Toros, 5-4.
La negociación del empate llegó en el octavo, el doble de Moas y un hit de ese que dicen que “no sirve”, el camarero Addiel Torres, se combinaron para traer la quinta anotación.
Después de ir navegando contra viento y marea, borrar una desventaja de cinco carreras y colocar par de corredores en circulación en el noveno inning con la sombra de solo un out, Alexander Ayala y Lisván Fajardo no pudieron impulsar la carrera que a la postre nos daría el gane ante el cerrador por excelencia de Artemisa: José Ángel García, pero esto no desanimó a los nuestros.
Por cuarta ocasión en el torneo el juego se extendió más allá de las nueve entradas, y por cuarta ocasión logramos llevarnos la victoria bajo estas circunstancias. Tres fungiendo como Home Club y esta como visitantes.
Las piernas veloces de Moas que evitaron un doble play, el hit impulsor de Yan Rey Pomares después de estar en conteo adverso, y un batazo del siempre oportuno Emilio Torres, fueron la fórmula para marcar tres carreras que fueron suficientes para ganar un trepidante juego.
Voy a resaltar al torpedero Emilio Torres, una vez más, porque a pesar de encontrarse su mamá hospitalizada, él está ahí con los pies en el terreno y su corazón y su mente seguramente compartidos, entregándose al máximo. Sabe que sus seguras y hábiles manos son necesarias en el campo corto y su oportunidad al bate es vital. Yo espero que ya haya tomado agüita de tinajón, y se quede por nuestras tierras.
Ha sido esta, a mi juicio, una de las victorias más importantes conseguidas por Marino Luis y sus muchachos.
A partir de ahora cada juego cuenta, cada victoria, cada derrota, cada decisión…Y creo fielmente que a pesar de todas las dificultades que estamos enfrentando, hay Toros pa’ rato.
Marino puede ser querido o no, y puede ser juzgado en disímiles ocasiones por una decisión que tome, yo misma lo he hecho reiteradamente. Pero debemos reconocer que durante su mandato, Camagüey ha firmado dos buenas actuaciones, esta todavía no se completa, pero va por muy buen camino.Por algo será, digo yo…
Hoy con Camagüey como Home Club, Mario Marzo saldrá en busca de su revancha, tras su rápida expulsión del box en el segundo juego. Su principal tarea: controlar su descontrol.

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