Foto: Yuniet Ávila (Isla-Isla).

Hacer leña del árbol caído no ha sido, no es y nunca será, el objetivo principal de este sitio.
Defender a capa y espada al equipo o ,por el contrario, engancharnos el traje de fanáticos, ese que pone en un altar a Los Toros cuando ganan y los deja caer con mayor rapidez ante la primera dificultad, tampoco es la intención.
Es cierto que derrotas como las de hoy duelen el doble, yo que soy una romántica empedernida, y siento una pasión febril por mi equipo de Camagüey, las siento más. Pero esto no puede ser motivo de desaliento, ni de una lluvia de críticas por parte de la afición, que más que construir, destruyen.
Hoy por Mayabeque abrió el joven José Ignacio Bermúdez, que archivaba estadísticas muy discretas y no tenía victorias. Por los nuestros, la designación fue el también jovencito Yonnimiller Mendoza, que tampoco presentaba numeritos para aplaudir. Así que ni el mejor de los analistas, es más creo que ni el más grande adivino, podía visualizar un duelo de pitcheo en el Nelson Fernández, hasta el octavo episodio.
Mendoza caminó tambaleante entre los vientos huracanados durante solo dos entradas y un tercio, dónde le conectaron cinco indiscutibles y regaló dos boletos, aún así solo una carrera le pudieron fabricar.
El abridor taurino abandonó el box dejando la casa llena y le soltó la esférica como papa caliente a otro novato: Giorbis López, que magistralmente resolvió la situación. A partir de ahí controló a Los Huracanes durante cuatro entradas. Cuatro contrarios probaron agüita de tinajón, y solo le habían conectado esa misma cantidad de indiscutibles. Marino Luis y compañía le aplicaron la grúa en el séptimo episodio (cuando Camagüey logró irse arriba por la mínima), porque después que abrió ponchando, regaló un boleto. Para mí, merecía el muchacho un poco más de confianza por el excelente trabajo que venía haciendo ante una tanda que es muy complicada, y que batea muchísimo, que el lugar que ocupan en la tabla, no los engañe.
Nuevamente vino Yosmel Garcés a hacerse cargo de la lomita, pero esta vez no pudo. Fue recibido con par de indiscutibles que permitieron el empate para los occidentales, y luego en el octavo episodio, se descontroló por completo llenando las almohadillas con pelotazo y par de boletos. Aunque había dos outs, Lázaro Martínez no nos perdonó y conectó un batazo que limpió las bases y sepultó las esperanzas de Camagüey.
El abridor de Mayabeque mantuvo en cero la casilla de las carreras taurinas hasta la séptima entrada, dónde luego de dos outs permitió indiscutibles a Emilio Torres y al emergente Jorge Luis Peña, además de un boleto a Michael Thompson y a Yordanis Samón, este último de manera intencional. Alexander Ayala conectó con bases llenas el que pudo ser el “hit de oro” para Camagüey, impulsando el empate y la ventaja, ante los envíos del relevista Adrián Sosa.
Calificar como pésima la actuación de hoy de Los Toros, me parece un tanto exagerado. Si se hubiera ganado, la historia fuera otra.El béisbol es tan impredecible, y eso es lo que lo hace realmente hermoso.
A pesar de caer, seguimos anclados en el sexto puesto de la tabla de posiciones, perseguidos bien de cerquita por varios elencos, eso sí. Lo que queda es salir con todo el fin de semana y confiar en los brazos de José Ramón Rodríguez y Rodolfo Sorís, para conseguir ganar la subserie. Recuerden que estos juegos serán televisados por Tele Rebelde, siempre a las 2 de la tarde.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *