Ayer conocí del buen desempeño de Juan Sebastián Contreras y me llenó de alegría pues es un excelente muchacho, jaranero y medio artista cuando de imitación de voces se trata.

Contreras es un súper talento con un brazo muy fuerte y puedo decir que lo hice tirar tanto que lo lleve al borde de la lesión (es por eso por lo que digo que tiene un brazo fuerte), ¿pero a dónde quiero llegar?

Un día dije que el lanzador tiene dos medios de transporte para llegar al estrellato si tiene talento (Sebastián lo tiene), la parte física que viaja en un auto ligero y avanza vertiginosamente y la parte mental que viene detrás y viaja en una rastra muy cargada y que es la más difícil.

Es allí donde está la habilidad del entrenador para que dé pasos firmes en su andar a la cima. Hay que ir con paciencia dándole responsabilidades sin lastimar su sentimiento personal donde él vaya tomando conciencia de que sí puede. 

El entrenador que no sepa la diferencia que hay entre la línea de foul, cuando se está fuera y cuando se está dentro del campo de juego hará marchitar una flor que viene saliendo con pétalos muy coloridos.

El poder de llenar la convicción que sí puede hacerlo lleva muchos matices y de eso puede hablar mejor que yo Reinier, el psicólogo de Pinar.

Pero la parte más importante de un lanzador es lograr que gane en confianza personal, eleve su auto valoración y que se sienta en el box superior al bateador y eso se logra con mucho cuidado, sin pasar la responsabilidad por encima de sus posibilidades mentales.

Gracias Jerarca por hacerme sonreír hoy con tus prestaciones con los Toros de la llanura que los siento como mío, así como mi Pinar del Río

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