Muchas han sido las historias alrededor de Alexander Ayala después de aquel día de Febrero cuando se hizo viral el rumor de que el atleta había sido víctima del vandalismo.

Algunos amigos me pidieron que fuera a la sala de Cirugía o a Politrauma a interesarme por su salud, pero El Ciclón nunca estuvo en esos lugares. Tampoco estuvo en hospital alguno, ni mucho menos fue asesinado, como se decía entre llantos por parte de paisanos seguidores del espigado jugador.

Ayala salió ileso de esa historia y de los rumores que nos preocuparon tanto. Y comenzó la serie nacional 62 a paso de conga y sin tumbadora. Se mantenía intransitable y era el pilar ofensivo de Los Toros.

Sin embargo,en plena subserie contra Pinar Del Río, El Toro Mayor fue trasladado a Camagüey bajo la mirada de preocupación de directivos, médicos y compañeros de equipo pues el Toro no podía mantenerse en pie y los dolores en la espalda y en una de sus piernas, eran terribles.

Nuevamente renacieron los fantasmas del asalto y la paliza falsa que nunca recibió en el mes de febrero. Ya se comentaba que los golpes en la columna lo habían dejado con serias secuelas para caminar, que no volvería a jugar, que estaba “lisiado” y otros afirmaban que era una estrategia para alejarse del Beisbol.

Así que La Comarca de Los Toros salió tras los pasos del destacado pelotero camagüeyano y logramos conversar brevemente con él.

Llevo años con un dolor en la parte baja de la espalda que me castiga con frecuencia. A pesar de los consejos de los médicos , nunca me ha pasado por la cabeza dejar a un lado a mi equipo Camagüey. Los aficionados no saben lo difícil que es jugar con ese dolor que llegó a afectarme una pierna en la cual recibí tratamiento de células madres. Así mismo, con la ayuda de medicamentos y vitaminas, he tenido que entrenar y salir a jugar día a día. No soy jugador de faltar, lo aprendí desde niño. Me siento como un guerrero” : expresó el pelotero camagüeyano al hablar de su reciente lesión.

Hace poco recibí un dead ball en el muslo muy cerca de la cadera y eso lo empeoró todo.Así que en Pinar me hicieron una radiografía y un especialista me advirtió que debía irme para Camagüey inmediatamente para hacerme una Resonancia Magnética Nuclear pues se observaba una masa cerca de mi médula espinal que podía ser algo maligno y que corría el riesgo de quedarme inválido”: agregó Ayala.

“inmediatamente, mi médico del equipo se puso en contacto con colegas y amigos en Camagüey y se me realizó la prueba, la cual está siendo analizada por el Dr. Luis de la Rosa, especialista en ortopedia del hospital Amalia Simoni y el y su equipo de trabajo están debatiendo cuál es la mejor terapia que puedo recibir. Yo estoy ansioso porque me den el permiso para jugar pues el equipo me necesita y para mi el dolor no es un problema. Imagínate que yo aprieto tanto el bate para hacer un buen Swing que hasta dolor me provoca en la mano apretar tanto el bate. Estoy desesperado por jugar. Aquí hay Ayala todavía para rato”: finalizó diciendo el tercer bate agramontino.

El resultado de la Resonancia Magnética aún está siendo debatido y la palabra final se dirá el próximo miércoles 3 de Mayo. Pero hasta ahora los médicos se muestran positivos y optimistas ante el resultado preliminar obtenido donde se observa un proceso inflamatorio entre las vértebras lumbares 4 y 5 de la columna de Ayala. Prácticamente se descarta que sea un proceso maligno o una hernia del disco intervertebral, por tanto, al parecer , el sonriente Ayala no tendrá que visitar el salón de operaciones por el momento. Todo debe resolverse con tratamiento farmacológico, y rehabilitación.

Son buenas noticias para todos!

De todas maneras, antes de marcharme, El Toro Mayor me insistió en algo: “Por favor, no deje de poner ahí que ese dolor a mi no me va a matar y que ya casi ni se siente. El equipo me necesita. Que mi gente, Mi Pueblo , mi Camagüey querido vaya a verme el sábado 6 de Mayo frente a Santiago. Que se llene el Cándido, que el Ciclón Ayala va a hacer retumbar esas torres”.

Que así sea, Ciclón. Tu pueblo te reclama.

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