Todo parece indicar que las cosas por Cuba van regresando lentamente a las rutinas cotidianas, todavía no podemos decir que la batalla contra la COVID se haya ganado completamente, pero las medidas aprobadas recientemente apuntan a que la apertura y la “nueva” normalidad es cuestión de días en nuestro país.  

Entre los eventos que regresan, la Serie Nacional número 61 ya va activando a sus seguidores. Quizás muchos de ellos están a la espera de algunos cambios derivados de los hechos ocurridos recientemente y que han afectado, tanto a la Federación Cubana de Béisbol (con el deceso de Comisionado y Presidente), como a la mayoría de los equipos que participarán en la venidera serie debido a las bajas de algunos atletas de calidad por diversos motivos.

Si analizamos detalladamente los hechos ocurridos una vez concluida la Serie 60, podemos vaticinar una Serie 61 de menos calidad. Para nadie es un secreto que lo que más vale y brilla del béisbol cubano ya no está a disposición de la Serie Nacional.

Empecemos por decir que el número de atletas contratados tanto en México como en Japón se ha incrementado. Los de la primera liga van a tener la posibilidad de incorporarse a la Serie 61, pero no desde el principio, los del lejano oriente estoy casi seguro de que no tocarán la arcilla del próximo campeonato debido a que en los primeros días de febrero deberán viajar a Japón para iniciar los entrenamientos de la próxima campaña. 

La otra merma es la derivada por los atletas que ya no forman parte de la Federación Cubana de Béisbol porque decidieron probar suerte en otras ligas desligados de la misma. Me refiero a todos aquellos que abandonaron delegaciones deportivas o simplemente solicitaron la baja a la Federación Nacional.

¿Cómo queda Camagüey para la venidera serie?

Nos hemos visto afectados sobre todo en el área del pitcheo. Tres (3) lanzadores que aportaron 22 triunfos en la pasada contienda, como son los casos de Frank Madan, Yosimar Cousin y Yariel Rodríguez, todo apunta a que van a estar fuera el día inaugural y solo Frank Madan pudiera incorporarse una vez recuperado de la lesión que ahora mismo presenta en su brazo derecho.  

A la ofensiva tendremos dos bajas importantes, Loidel Chapelli Jr quien promedió para 317 y con un increíble OBP de 442, además sumó 29 extrabases y 51 carreras anotadas a lo que fue apenas su segunda Serie Nacional. 

El segundo baluarte a la ofensiva que no vestirá los colores de Los Toros será Yandy Yanes, quien compiló average de 295, OBP de 389, con 14 extrabases y 31 carreras remolcadas hacia el plato en la contienda anterior. 

Sin dudas todos estos jugadores serán bajas considerables dentro de la nómina agramontina y desde ahora Borroto y su cuerpo técnico tienen la difícil tarea de buscar soluciones o reemplazos, a corto plazo, de jugadores que realmente no tenían el relevo asegurado en la mayoría de estos casos. 

La rotación abridora para la venidera serie pudiera estar encabezada por José Ramón Rodríguez (Pepe), Juan Sebastián Contreras, Juan Ramón Olivera, Yusney Saborit y Lisander Hernández, entre los cinco (5) aportaron apenas quince (15) victorias en la pasada contienda, sin dudas una cifra más que insuficiente si aspiramos a la clasificación. 

Se que muchos pensarán que esta misma cuenta la están sacando otros equipos que el año pasado terminaron entre los ocho (8) primeros, y realmente es cierto, Camagüey no es el único equipo que se debilitó, conjuntos como Sancti Spíritus, Industriales y el propio campeón Granma, saldrán con más dudas que aciertos a defender sus colores en el cercano evento que abrirá sus cortinas en el mes de enero.  

Desde mi punto de vista se avecina un campeonato que lejos de ser un espectáculo de calidad como los vividos en la década de los 90’s, pudiera ser un espectáculo de batazos, lesiones de atletas por sobrecarga y aficionados desmotivados por la baja calidad de la puesta en escena sobre el terreno.

Estoy casi seguro de que veremos uno de los últimos (quizás el último) campeonatos nacionales con 16 equipos. El terreno dirá la última palabra, pero si queremos dar un verdadero espectáculo que atraiga público y otros intereses algo habrá que hacer. 

Por el momento, esperar a que se haga pública la preselección agramontina, apoyar a cada uno de los que finalmente queden convocados y una vez que se lance la primera bola, cruzar los dedos y que Dios se apiade de nuestro equipo. 

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