Desde el momento en que el máscara Miguel Zayas guardó sus arreos, la receptoría camagüeyana comenzó a tener destellos de calidad que por momentos se han parecido al brillo de una estrella, pero por disimiles motivos se han apagado. Talentosos receptores a la espera del salto definitivo quedaron en solo una esperanza: Alain Pérez, Lednier Ricardo y otros, fueron quedando entre los sueños agramontinos de ver a un camagüeyano usando la mascota del equipo Cuba.

Hace un año volvieron a verse las luces de esta posibilidad cuando Yendri Téllez logro incluirse en la preselección nacional rumbo al torneo preolímpico de Arizona, pero por obra y gracia de un virus letal, todo quedo aplazado e inconcluso.

Hoy, podemos decir que la receptoría de los Toros vive un momento de esplendor inédito en los últimos 30 años. Con dos receptores de calidad indiscutida, que se han ido formando paralelamente y ya se encuentran hechos para empeños mayores, Camagüey cuenta con un dúo sólido tras la goma. Mientras que otro, más joven, a golpe de hermética defensa, de voluntad de acero, y de grandes esfuerzos, va abriéndose camino dejando el claro mensaje de una pronta explosión, en la cual el público se inspira para gritar su nombre.

De todos, la más grata noticia llegó en esta 60 serie, en el nombre de Luis Enrique Gómez. A pesar de no haber inscrito números de alto vuelo en el bateo, el avance ofensivo fue relevante, comparado con sus 7 previas presentaciones en clásicos nacionales.

Siete Series Nacionales  tuvieron que pasar para quitarse de encima los chiflidos y las dudas de muchos escépticos desconocedores de la curva de formación de un receptor. En todos esos años, participó además en 2 Series Nacionales Sub 23, en una de las cuales fue elegido como el receptor más defensivo. En más de una ocasión se sintió desmotivado al ver cómo era llevado a la banca, incluso, en juegos donde había logrado más de 2 imparables, y hasta un cuadrangular. La imagen de su madre, físicamente ausente, pero con él, más que nunca  y su familia, dándole apoyo constante, lo condujeron al convencimiento de que el resultado estaba al alcance del sacrificio diario.

Esta 8va temporada, fue sin dudas, su confirmación en algo que ya muchos conocíamos: su excelencia en la defensa, y el despertar en otro aspecto que otros tantos sospechábamos, su solidez empuñando el madero. Fue por mucho, esta 60 serie, el torneo donde más oportunidades recibió, participando en 66 de los 75 juegos de su equipo.

Sus números tras el home plate cautivaron, al punto de que filmó junto a Andrys Pérez, un capítulo donde se disputó palmo a palmo el guante de Oro, otorgado finalmente por los especialistas de la comisión Nacional de Beisbol, al atleta matancero. Muchos analistas consideraron que Luis Enrique Gómez fue despojado de tal galardón, mientras que las estadísticas así lo confirmaban. Hubiera sucedido algo inédito en Series Nacionales, cuando dos receptores de un mismo equipo hubiesen sido premiados con tan alta distinción en años consecutivos, pues un año atrás lo recibió su compañero Yendri Téllez.

Aunque apenas bateó para 259 de AVE, logró producir 45 carreras con 42 imparables conectados, y sumó 12 extrabases a su palmarés, muchos de ellos, en momentos claves para su selección.

Después de haber sido incluido en la preselección al torneo preolímpico, fue eliminado, para darle paso a los receptores Yosvani Alarcón, Rafael Viñales, Andrys Pérez e Iván Prieto. Todos, candidatos directos a, al menos, 3 plazas en porfía, según defina el manager Armando Ferrer, envuelto por estos días en polémicas decisiones.

Pienso que le sobran resultados, condiciones y méritos propios al receptor Luis Enrique Gómez, para ocupar una plaza en uno de los dos eventos internacionales en los que se encuentra enfrascada por ahora la Federación Cubana de Béisbol, sobre todo después de saberse que uno de los “sembrados”, Ariel Martínez, no podrá estar con el equipo Cuba por razones de salud.

Es una verdadera pena que algunas situaciones de favoritismo, alejen a jóvenes atletas de la motivación necesaria para seguir dando más por su equipo y por sus resultados personales.

Pero para él, hay un reto mucho más importante y cercano: mantener la titularidad en Los Toros de la Llanura.

La feliz realidad está dada por la confluencia de 4 atletas que mucho darán de que hablar. Todos con el mismo propósito de ocupar la única posición posible.

Sí, estimado lector: porque a la calidad de Yendri Téllez, al talento de Luis Enrique Gómez, a la pujanza de Jorge Luis Álvarez, se suma el deseo de regresar a la nómina de Los Toros de un diamante en bruto que responde al nombre de Julio César Noguera. Después de vivir la experiencia de los campos de entrenamientos en República Dominicana, este pelotero ex integrante de equipos Cuba en las categorías inferiores junto a Loidel Chapellí Jr. podría estar pidiendo un puesto para intentar abrirse espacio entre sus compañeros de equipo.

Y nada… que más de una posición se ve complicada en el horizonte del timonel Miguel Borroto. Pero esto quedará para próximos encuentros dónde usted y yo sigamos descifrando los misterios de este veleidoso deporte de bolas y strikes en esta Comarca de pastores, sombreros y Toros de la Llanura.

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