“Ese muchachito no da para pelotero”, Así dijeron algunos de los llamados “entendidos” cuando veían a un delgado pelotero entrenando en los predios del estadio Cándido González de Camagüey.
El iniciado en las artes del béisbol, Leonel Segura Morales, fue llevado a los terrenos de la mano de su querido profesor Omar Cuesta, gloria deportiva ya fallecido y por su abuelo, que siempre confió en la posibilidad de que su nieto llegara a planos estelares a pesar de que no contaba con el físico impresionante de los clásicos primeras bases.
Ya en el 2011 se había hecho sentir cuando se coronó Campeón Nacional en la categoría 15-16 bajo el mando de Danilo Domínguez. En ese campeonato implantó un récord individual de más imparables conectados con 52 hits. Marca que luego sería rota por otro pequeño físicamente, pero también grande en el terreno: Loidel Chapellí Jr.
En ese mismo año representó a Cuba en un evento internacional en Venezuela, pero como era solo un campeonato de categorías inferiores, los “eruditos de las gradas”, no le daban crédito a algo de “tan poca monta”.
Pero a golpe de calidad y entrega, el versátil muchacho logró inscribir su nombre en la lista de los seleccionados para representar a Los Toros de la Llanura en la Serie Nacional 53. Entre los novatos que debutarían en el 2013 estaría el joven Leonel Segura Morales. Y aunque su número de dorsal, siempre fue el 5, a partir del debut en el torneo grande de la pelota cubana, sería el 24. Y con ese número llegarían todo el premio a su consagración.
La edición 53 siempre será inolvidable para Segura pues en ella debutó y conectó su primer hit en Series Nacionales. Sin embargo, pasaría todo el tiempo viendo “los toros desde la barrera”, pues apenas empuñó en 6 ocasiones.
En el 2014, para la serie 54, vería acción en 29 de los 45 juegos de su equipo, y llegarían los primeros dobles en su carrera deportiva. Su AVE de 283 ya iba pareciéndose a la calidad que estaba por demostrar.
Después de un excelente comienzo en el 2015 para la 55 SN, donde ya habría conectado sus primeros jonrones y promediando para un excelente 339 de AVE ofensivo y mucho mejor aún su OBP con 438, en 39 partidos de 45 en los cuales Camagüey no logró hacer el grado para clasificar, Leonel Segura quedaría fuera de la selección de los refuerzos por primera y no única vez.
Bajo la tutela de Orlando González, los Toros logran la clasificación a la 2da etapa en el 2016, y esa 56 serie sí sería aprovechada de punta a cabo por Segura, que lograría 22 extrabases, bateando para 325 y conectando 103 imparables. Ya Leonel Segura era un obligado referente entre Los Toros y el primera base regular de Camagüey.
Desde inicios de su carrera, lo definía su paciencia para discriminar lanzamientos y su disciplina táctica en el home plate. Virtud que le sirvió para obtener numerosas bases por bolas que le brindaban un promedio de embasados siempre por encima de la media del resto de sus compañeros. Una de las razones por las cuales, en dos ocasiones fue elegido entre los mejores para el Juego de las Estrellas.
Sin embargo, a pesar de su valía, no fue convocado entre los refuerzos de la 57 Serie Nacional pues una vez más, los agramontinos nos quedamos fuera de la 2da Vuelta, y también Leonel Segura se fue para su casa, pues con 303 de AVE y 49 hits en 45 juegos no fueron suficientes como para ser elegido.
No todo fue un camino de rosas para el nacido en la calle Horca. Su carrera deportiva se vió rodeada de muchas exclusiones, olvidos e injusticias. Aunque también representó a Cuba en el Torneo de Rotterdam en Holanda y en un encuentro bilateral contra equipos mexicanos, la historia de Leonel Segura se asocia más a las veces que no lo tuvieron en cuenta. Decepciones que mucho han pesado en la decisión de buscar protagonismo en otras tierras.
De la mano del desaparecido director Rolando Hernández, Segura integro el equipo Camagüey que obtuvo el subcampeonato en la primera edición del Torneo Nacional sub 23. En ese torneo quedó como líder en hits. Tres años más tarde, en la VI Serie Nacional Sub 23, fue líder en average con .438, líder en Hits, líder en dobles y líder en extrabases. Todo esto le valió para ser el jugador más valioso del torneo. Sin embargo, no fue convocado a la preselección del equipo Cuba para el torneo Mundial sub 23 en Panamá. ¿Qué más tenía que hacer Leonel Segura?
En el 2018 llegó su peor momento. Una terrible lesión en el primer juego de la temporada, lo sacaría completamente de juego durante un año. Dos veces tuvo que ser intervenido quirúrgicamente para lograr llevar a su lugar uno de sus tobillos. Dolorosas sesiones de rehabilitación, largos períodos de entrenamiento en posición de sentado y mucho sufrimiento propio y de su familia, matizaron un largo año de incertidumbre por cómo sería la reincorporación al más alto nivel.
¡Gloriosa 59 serie Nacional para Camagüey, para los Toros y para Leonel Segura!
De la mano de Miguel Borroto, llegó el subcampeonato, una temporada de alegría, felicidad y ensueño para la afición y los jugadores. Toda la provincia agramontina vibraba al compás de los triunfos de sus Toros. Uno de ellos andaba encendido en su regreso. “Segurita”, tuvo otro torneo de más de 100 imparables, destacadas actuaciones en toda la campaña regular, bateando por encima de .300 y un excelente promedio de embasados de .370. Además, conectó 20 extrabases a pesar de que aún se resentía su dolor de la vieja lesión.
De la misma manera que en el 2021, se jugó a puertas cerradas por la pandemia de la COVID 19, y así se borró la alegría de los graderíos, así también en esa 60 SN, el equipo camagüeyano no pudo clasificar, y de la misma manera que decayó la tropa del Jerarca, también disminuyó el rendimiento de Segura que vio con tristeza como en algunos juegos tuvo que ocupar la fría tabla del banco. Ese año solo carburó para .270 de AVE y se sentía su ausencia en el terreno del Cándido González.
La tristeza sigue invadiendo la vieja instalación camagüeyana. En el público se escuchan las voces de nostalgia por el hijo que ya no está. Leonel Segura llegó a ser el jugador más querido por la afición. Además de su excelencia al bate y su limpia manera de fildear, su sonrisa, su disposición y su entrega a la causa de los Toros, sirvieron para ganarse el cariño de su afición, cruel a veces, exigente a toda hora, pero incondicional con sus hijos, siempre.
Hoy, Leonel Segura sigue el accionar de sus compañeros de equipo a través de la magia del internet mientras entrena en tierras venezolanas. Sufre, sonríe, se angustia, con cada éxitos y cada tropiezo, y espera pacientemente para definir en cuál nuevo escenario fuera de Cuba, pondrá todo su empeño como pelotero profesional.
Su amor al béisbol camagüeyano no lo abandona, pues hay amores que aunque se alejan, siempre están predestinados a reencontrarse en la vida.
Soy de los que viven tranquilos, a pesar de la nostalgia, con la seguridad de que algún día, de algún año, la primera base de los Toros volverá a tener a su nuevo capitán. Soy de los que no creen en el destino, pero si creo en el día del regreso, del reencuentro y del aplauso del respetable público camagüeyano para ese Toro, que cuando era un muchachito “no iba dar pelotero”.