Bochornoso suceso empaña imagen del arbitraje en Béisbol cubano.

Una vez más los árbitros ofrecen una pobre y poco profesional imagen en el beisbol cubano. Esta vez el villano resultó ser el señor Gualberto Luna , árbitro de primera base , del juego Pinar y Camagüey, cuando expulsó a Yordanis Samón en la misma primera entrada por dar carreras de calentamiento por el área del dogout.
La expulsión ocurrió cuando el 4to bate camagüeyano se preparaba para hacer uso de su primer turno al bate. La decisión fue ampliamente criticada por uno de los narradores de la transmisión radial de Radio Guamá que expresó que los árbitros deberían ser más cuidadosos en situaciones así pues con ese veredicto, quedaba Camagüey sin su cuarto bate por algo que a simple vista,era irrelevante.
No medió protesta o expresión irrespetuosa del jugador antes del suceso cuando se le indicó salir del terreno con el bate, y Samón entró al banco, dejó el bate y salió a hacer las habituales y consabidas carreras.
A raíz de la expulsión, inmediatamente hubo una explosiva protesta del cuerpo de dirección de Los Toros y del mismo Samón que de manera descompuesta ya, se retiró su camisa de juego y comenzó a expresar toda su ira. Por este motivo fue multado con 300 CUP. Estoy seguro que más doloroso para él fue perderse dos juegos, que la cantidad de dinero mencionada.

Ante esta situación, sólo debo dejar clara mi posición y mi criterio de que el máximo culpable fue el árbitro de primera, mientras que el árbitro principal Yordanis Ramírez Ávila (De Las Tunas), se mantuvo inerte, pasivo, cómplice en su posición, sin intervenir en el suceso lo cual demuestra la falta de profesionalidad y autoridad moral presente en al menos esos dos magistrados.

Lo más triste y vergonzoso aún estaba por suceder y resultó cuando 3 capítulos después, los jugadores de Pinar que necesitaban hacer ejercicios de calentamiento, usaron el terreno para correr y hacer swing con sus bates. No fueron ni siquiera alertados. Ningún árbitro les llamó la atención, ninguno les dio un “regañito” cariñoso. Hecho que llena de indignación al público camagüeyano, al público pinareño y a los narradores del partido que tuvieron una posición muy digna señalando de manera justa lo mal hecho en perjuicio del equipo agramontino.

ENTONCES:

LA LEY ES PAREJA O NO PARA TODO EL MUNDO Y TODOS LOS EQUIPOS???

Es bueno que se sepa que este árbitro no es pinareño, según datos en la red, pertenece a la vecina provincia de Ciego de Ávila (sin comentarios).

Si queremos que el nivel del béisbol en Cuba, alcance un puesto digno y decoroso, lo primero que debe hacerse es ganar en moral y vergüenza entre entrenadores y árbitros, para que los atletas, sigan buenos ejemplos y no estos patrones de conducta que empañan nuestro pasatiempo nacional, en estos tiempos tan carentes de calidad, y al parecer: de valores.